El hecho ocurrió en el fundo El Bosque en el sector Totoral. Un perro siberiano y tres mestizos constituían la jauría que efectuó el ataque.
Cinco novillos murieron en el fundo El Bosque ubicado en el sector Totoral en la comuna de Llanquihue, tras sufrir el ataque de cuatro perros asilvestrados, un siberiano y tres mestizos de color negro.
La propietaria de los novillos lamentó lo ocurrido y responsabilizó a la gente que deja en abandono a los perros.
Marioly Smulders es la agricultora afectada por el ataque de los perros en el fundo El Bosque. “Ellos atacaron a los novillos y mataron a tres. Otros dos quedaron gravemente heridos y los tuvimos que sacrificar”.
Según Smulders, a estos perros “no me gusta llamarlos asilvestrados porque siempre han tenido dueños. Lo que pasa es que ellos no se han hecho cargo y lamentablemente cuando un perro comienza a atacar animales ya no se puede parar y ahora nadie me da soluciones. Mis novillos no están y ellos sufrieron. Esto es una gran pena”, sostuvo.
Insistió que “es importante que las personas se hagan cargo de sus mascotas, he recogido muchos perros, en mi casa tengo ocho, he recogido muchos gatos. La gente bota perros y gatos como si fueran cosas. Así abandonan perros que empiezan a deambular por los campos”.
Observa un aspecto importante respecto de quienes se van a vivir a las parcelas con sus mascotas, las que quedan en libertad de recorrer los bosques y el campo.
“Mucha gente que se va a vivir a parcelas, deja libre a los perros. Cada persona que tiene mascotas se debe preocupar de estas, y los perros deben estar dentro de las parcelas, de los sitios, con sus dueños y no pueden estar libres”, recalcó.
Mario Marchant, director de la Asociación de Agricultores de la provincia de Llanquihue (Agrollanquihue), conoce de esta problemática, porque en el campo de su propiedad ha sido afectado por estos ataques.
Adelantó que los agricultores sostendrán una reunión con el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, el 6 de junio.
“Allí se debería tratar este tema, porque los perros asilvestrados que abandonan en los caminos de los sectores rurales son difíciles de ver y atacan de noche o amanecida, en zonas más apartadas. El control es muy difícil, si no hay una ley de caza”.
Para el agricultor, atraparlos y esterilizarlos no aporta al fenómeno, porque un perro vive un promedio de 10 años. “El perro seguirá cazando, esterilizado, porque se acostumbra y no se puede dar en adopción porque perdieron el contacto con los seres humanos. En el fondo vuelven a sus orígenes, relacionados con la caza, como lo es el lobo”, manifestó.
Marchant reveló que se han visto situaciones preocupantes a nivel país, porque hay lugares donde el ganado ha sido exterminado por estos perros con lógica de jauría. “Los perros aprenden a cazar y lo hacen en jauría, por lo que el tema es mucho mayor y muy complejo. En la ciudad no se conoce de esta problemática, pero hemos sabido que en Polincay un pequeño propietario ha perdido todas sus ovejas”.
El otro problema es que cuando quedan heridos los animales se terminan sacrificando, “porque le dejan una herida que se termina infectando y además no sólo los animales sufren sino que también la fauna. Por ejemplo, en Chiloé han matado a los pudús”, observó.
Tras el rechazo al proyecto de ley en la Cámara de Diputados, que buscaba declarar a los perros asilvestrados como especie exótica invasora, los diputados Lilayú y Jürgensen coincidieron en la presentación de un nuevo proyecto de ley, que busca modificar el Código Penal y que el ataque de los canes en el campo se considere como una “legítima defensa”.